Bromance -Club de lectura para caballeros: Lugares correctos, motivos equivocados.

“Gavin Scott, jugador de béisbol profesional descubre que Thea, su esposa, lleva toda la vida fingiendo en la cama. Y ella, que está harta de amoldarse a él, le pide el divorcio. Sin embargo, él hará cualquier cosa para recuperarla, incluso pedirles consejos a sus amigos. Lo que no se espera es una invitación a un club secreto. Gracias al club, Gavin elaborará una estrategia para cautivar al amor de su vida, pero pronto descubrirá que recuperar a Thea será más complicado.”

Decir que es un libro donde un beibolista estupendo intenta recuperar el amor de su esposa a través de novelas románticas, animado por otros beisbolistas estupendos es hablar de Bromance sólo por encima, aunque reconozco que nunca esperé reflexionar tanto en torno a él. Una novela de “machos sensibles” no es algo que precisamente reinvente el género, pero de verdad les digo que verla así, es mirarla sólo por encima,y que ahora les cuento por qué:

1.- Primera regla del club de lectura

Una de las primeras cosas que me gustan del libro es la relación que entabla Gavin con la novela que está leyendo. Si bien durante casi todo el tiempo lo leemos a él, también conoceremos al conde Benedict en “Cortejando a la Condesa”, así que explora la dinámica del libro dentro de otro libro. Si bien en un inicio yo no compartía mucho la idea de acercarse a Thea con pasajes de novelas románticas, a lo largo de las páginas comencé a entender que esto era sólo una vía de acceso a reflexiones más profundas, lo que me hizo empatizar harto con los personajes.

Si bien el grupo de lectura de Gavin reflexiona mucho en torno a las diferencias de género, es difícil hablar de feminismo, mas no de “empatía” o cambio de roles. De las cosas más divertidas fue leer al grupo hablar con códigos de estereotipo femenino, admitir que les daba vergüenza pedir cafés sofisticados, o lo entusiasmados que estaban al acompañar a su amigo de compras.

La idea de hombres tratando de entender a sus esposas con novelas románticas es un concepto muy gringo, pero también muy amigable, uno se encariña muy rápido con ellos y sus reflexiones.

“Nos quejamos de que las mujeres son complicadas y de que no sabemos qué quieren y toda esa mierda. Arruinamos nuestras relaciones, porque nos convencemos de que es imposible entenderlas. Pero el verdadero problema somos nosotros. Pensamos que no deberíamos sentir, ni llorar, ni expresar lo que sentimos. Esperamos que sean ellas las que se hagan cargo de todo lo que tiene que ver con las emociones y después nos hacemos los sorprendidos cuando se hartan de nosotros.”

2.- Una crisis es una crisis

Leí otros comentarios acerca del libro, y se refuerza la idea de que cuesta mucho querer al personaje de Thea, que se lee muy resistente a los esfuerzos y gestos de Gavin. Y lo cierto es que me encantó que fuera así, porque es exacto cómo se ve y se siente una crisis de pareja. El personaje de Thea está confundido y sobre todo, dolido con lo que pasa, culpa a Gavin y le cuesta reconocer su propia responsabilidad una vez que no se ha reconciliado con su propia historia. Es cierto que en muchos momentos Thea va a ser tal vez innecesariamente dura, pero es así como se ve el dolor. Ambos son muy torpes, incluso teatrales, pero eso es lo que lo vuelve más humano. El personaje de Liv también es difícil de digerir, pero real y necesario, porque también la apoya desde su propia pena. Una de las cosas que más se aprenden en una crisis es que todo lo que parecía perfecto en los otros, es el resultado de mucho esfuerzo y caídas.

3.- El amor no lo puede todo (y está bien)

Una reflexión recurrente en el libro es acerca de si el amor alcanza o no para superar las crisis, y es bonito leer cómo esa interpretación se va modificando. Como es un libro “seguro”, sabemos que al final todo va a salir bien, pero el camino a ese final feliz por momentos es más empinado que otros, y es muy bakan que lo planteen como una posibilidad real.

“Todos desconocemos a nuestras esposas en algún momento del matrimonio -dijo Del -.Todos los seres humanos son una obra en construcción y no todos evolucionamos al mismo tiempo. ¿Quién sabe cuántas personas se habrán divorciado porque no se dieron cuenta de que esos problemas insuperables eran solo una fase temporal?”

Gavin y Thea irán desarrollando la idea de si el amor todo lo puede o si es sólo un motor, y el grupo de lectura de Gavin va ser fundamental a la hora de guiarlo en sus reflexiones, con franqueza, pero también con harta empatía, humor y una especie rara de “sororidad masculina” (creo que de ahí viene el “Bromance”).

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